Beech, el devaluador
Conmueve la descripción que Bach hace del estado emocional que trata esta flor: "Para quienes sienten la necesidad de ver más bondad y belleza". Y luego dice que es "para desarrollar la habilidad de ver lo bueno..." Qué buen descubrimiento para tan grande problema que afecta tanto a la estética como a la ética.
El estado Beech negativo es la intolerancia, la crítica, la arrogancia, la presunción y el prejuicio. Se está ante indicadores Beech cuando el sujeto considera que el prójimo hace cosas que parecen estúpidas, irrelevantes o incompetentes debido a lo cual lo ridiculiza y critica de modo ácido y despiadado: “Mira qué imbécil” “Observa cómo habla y se viste” “¡Qué ordinariez!” “Es un chapucero”. Hablamos de la descalificación. Nada más alejado de lo que escribió Edward Bach "(Necesitamos) ser más tolerantes, indulgentes y comprender las diferentes maneras en que cada individuo y todas las cosas trabajan para alcanzar la perfección final".
Entonces, estamos ante la dificultad para aceptar las diferencias, las personas, acciones y cosas deberían ser como ellos necesitan que sean, y cuando no es así, es decir, la mayor parte de las veces, Beech entra en un estado de decepción irritada y destructiva con apariencia de envalentonado descaro y no exento de sentido del humor -pocos saben meter el dedo en la debilidad con tan gracioso estilo- a raíz de lo cual lastiman a sus víctimas. Dice Philip Chancellor en "Flores de Bach. Manual ilustrado", 1990, Ed. Lidium, Bs. As.: "...el individuo Beech carece de humildad así como de la capacidad para ponerse en el lugar de otros". La falta de empatía es Beech.
Entonces, estamos ante la dificultad para aceptar las diferencias, las personas, acciones y cosas deberían ser como ellos necesitan que sean, y cuando no es así, es decir, la mayor parte de las veces, Beech entra en un estado de decepción irritada y destructiva con apariencia de envalentonado descaro y no exento de sentido del humor -pocos saben meter el dedo en la debilidad con tan gracioso estilo- a raíz de lo cual lastiman a sus víctimas. Dice Philip Chancellor en "Flores de Bach. Manual ilustrado", 1990, Ed. Lidium, Bs. As.: "...el individuo Beech carece de humildad así como de la capacidad para ponerse en el lugar de otros". La falta de empatía es Beech.
De la Real Academia Española
Nuestra lengua tiene varias palabras con las que podemos ampliar la comprensión del campo de la terapéutica de esta esencia para su mejor utilización. Beech es para el presumido, el afectado, el cargante, el fatuo y pedante antipático e insolente. Es el despectivo que habla como si los demás fueran todos ignorantes menos él, un engreído insufrible, un estirado insultante. Continúa diciendo Chancellor : "...no intenta comprender o hacer concesiones ante las fallas de los demás. Antes que tratar de descubrir las cualidades del otro, los tipos Beech tienden a buscar sus errores y censurarlos."
En todas las tradiciones espirituales la crítica es considerada obstáculo al desarrollo personal, su cancelación pide un buen entrenamiento de la atención. Pues bien, Beech es para el aquietamiento consciente de este impulso irrespetuoso que campea a su aire en nombre de la necesidad de bondad y belleza.
"No tenemos ni idea de su cultura, costumbres, idioma o apariencia, pero damos por supuesto que representan todo aquello que odiamos"
Esta es una frase de Zapp Brannigan, capitán de la nave intergaláctica Nimbus, de la serie Futurama. Piensa de sí mismo que es estupendo, cultivado, seductor y extraordinario estratega, cuando en realidad es un personaje presumido por cobarde, y atormentado por las dudas respecto a su homosexualidad no asumida. Sí, también tiene un ramalazo Vine de mucho cuidado.
Hay un video que encontraréis si pulsáis la Etiqueta "Holly" (menú de la derecha) en el que encontraréis un video de una mujer Beech-Willow-Vervain.
Hay un video que encontraréis si pulsáis la Etiqueta "Holly" (menú de la derecha) en el que encontraréis un video de una mujer Beech-Willow-Vervain.