No está de más recordar que Edward Bach nació y vivió en una época de ruptura con los valores y estéticas de finales del siglo diecinueve y comienzos del veinte. Bach fue a la medicina lo que Kandinsky y Schoenberg a la pintura y a la música, respectivamente. Entre 1911 y 1914, el primero abandona la pintura figurativa para ser pionero de la abstracción, y el segundo liquida la tonalidad tradicional y crea la música dodecafónica.
Esto conllevó, para ambos, una intensa oposición a sus labores por parte de las corrientes artísticas más conservadoras. En este punto es imposible no recordar la crítica que médicos y homeópatas oponen a Edward Bach cuando decide apartarse de la medicina convencional a investigar el uso terapéutico de las esencias florales.
Volvamos al arte. Afortunadamente Kandinsky escucha en 1911 un concierto de Schoenberg y da comienzo a un rico intercambio de correspondencia en el que, asombrados al encontrarse con su afinidad espiritual y coincidencia en las metas deseadas para la música y la pintura (Kandinsky también era un estupendo pianista, y Schoenberg, además, un pintor de gran talento), comenzaron a escribirse todos sus sentimientos artísticos.
Wassily Kandinsky
Arnold Schoenberg
Efectivamente, el maestro de la composición atonal, al igual que Edward Bach, sufrió el abucheo de los ortodoxos. Veamos lo que escribe Kandinsky sobre este punto en "Arnold Schoenberg-Wassily Kandinsky. Cartas, cuadros y documentos de un encuentro extraordinario", Alianza música, 1987: "Casi en un día (1911-12) nacieron para la pintura dos grandes corrientes: el cubismo y la pintura abstracta (absoluta). Al mismo tiempo, el futurismo, el dadaísmo y el pronto victorioso expresionismo. ¡Las calderas echaban humo! La música atonal y su entonces siempre silbado maestro Arnold Schoenberg, excitaban los ánimos tanto como los "ismos" de la pintura."
¿Puede una pintura tener música? Mira y escucha este video:
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Obras de Kandinsky con música de Schoenberg
La música de Schoenberg.
Pierrot lunaire, 1912.
Pierrot lunaire, 1912.
A continuación algunas de las obras de Kandinsky que prefiero. Intento que veáis su evolución desde lo figurativo (representación de imágenes reconocibles) a lo abstracto. Todas son del Centro George Pompidou que cuenta con 1286 obras del artista, muchas donadas por Nina Kandinsky, su viuda.
La lyre, 1906
Nouages, 1907
Improvisation 26, 1911
Etude pour "Sur blanc II", 1923
Gegenklänge, 1924
Several circles, 1926
Développement en brun, 1933
Ligne blanche, 1936
Entassement réglé, 1938
Accord reciproque, 1942
Le petit rond rouge, 1944
Me gusta la historia de las personas que rompen con algo firmemente arraigado. Me parecen valientes, inmunes a la opinión del entorno, solitarias, y siempre incomprendidas. Eso es lo que tienen en común el médico de las West Midlans, el pintor ruso influenciado espiritualmente por Madame Blavatsky, y el genial músico, inventor y fóbico al número 13 de Viena.
Querida Susana
ResponderEliminarUna buena selección de la evolución de la obra de Kandinsky, la música de Schoenberg queda muy bien integrada con sus pinturas, aunque en este caso me siento más cerca a las pinturas que a la música.
Un abrazo
Schoemberg me resulta todavía más atrevido que Kandinsky ¡se atrevió con el altar de la música!¡Sacrílego! Disfruto con tanta rareza, pero no, no lo escogería como música de fondo para una entrañable reunión de amigos. Gracias por tus palabras Pili, un beso.
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