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sábado, 28 de noviembre de 2009

Grupo 1: Para el miedo, por Edward Bach

El miedo aparece temprano en la vida, Stanislav Grof sugiere que en los momentos pre y perinatal ya está presente, e incluso extiende esta posibilidad hacia los instantes de la gestación. Y Ken Wilber agrega de un modo que siempre me ha gustado: también está presente ni bien el niño se percata de que la sábana que chupa no es su dedo, de que la teta que lo alimenta es de la madre, y peor aún: que ahora está pero puede desaparecer. El miedo se instala cuando aparece el otro, siempre incierto, inesperado, impredecible, con el que hay que negociar.
Ese miedo puede seguir extendiéndose a todo lo que no sea uno mismo, a lo diferente, a lo desconocido; para el miedoso las cosas tienen que ser de una manera: de la que conoce, todo lo demás es un riesgo que no correrá. Luego el miedo adquiere formas distintas, de ellas se ocupa Bach.
En algunas de estas esencias comprobarás que estamos hablando de fobia, que es angustia, y se expresa como necesidad de controlar el espacio, como un sentimiento crónico de temerosidad junto a un reaseguro de no quedar solo, de estar siempre acompañado. El miedo puede estar focalizado en personas o seres (que el miedoso evitará cuidadosamente) o bien en ciertos sitios (en general espacios abiertos o estrechos: ascensor, carreteras), o en sueños y fantasías aterrorizantes. La elección de esos objetos, capaces de llevar al miedoso a un estado de pánico de imprevisibles consecuencias, obedece a leyes inconscientes y puede ir expandiéndose desde un ascensor a todos los ascensores, y desde allí a toda la ciudad. Si no se trata (y el miedo avanza si no recibe tratamiento) quien lo padece, acaba recluyéndose en su casa utilizando a sus padres o cónyuge como mediadores entre él y el mundo –“solo ellos conocen bien los caminos que conducen al exterior”

Os dejo con las definiciones de Edward Bach:

Rock rose (Heliantemo)
"Es el remedio indicado para emergencias, accidentes, ataques o enfermedades repentinas, especialmente en casos desesperados, cuando el paciente se encuentra muy asustado o aterrorizado, o si la situación es suficientemente grave como para atemorizar a quienes lo acompañan. Si el paciente no está conciente, el remedio puede administrársele humedeciéndole los labios.
Además, quizás sea necesario complementar con otros remedios, por ejemplo, Clematis si se encuentra inconciente o en un profundo estado de somnolencia; Agrimony si se siente torturado, etc"


Mímulus (Mímulo)
Grabado: Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Alberto Durero (1471-1528)
Para los miedos a las cosas terrenales, como enfermedades, dolor, accidentes, pobreza, oscuridad, soledad, desgracias; en resumen, los temores de la vida cotidiana. Estas personas soportan silenciosa y secretamente sus temores, y no hablan libremente de ellos con quienes los rodean.


Cherry plum (Cerasífera)
Miedo a que la mente se descontrole, a perder la razón y cometer actos horrendos y terribles, involuntarios y que saben condenables, pero que aun así surge la idea y el impulso de cometerlos.



Aspen (Álamo temblón)


Miedos vagos y desconocidos sobre los que el paciente no puede dar ninguna razón ni explicación. Aunque el paciente se siente aterrado por la sensación de que algo terrible va a suceder, no puede precisar de qué se trata. Estos miedos sutiles e inexplicables pueden acechar tanto de noche como de día, y quienes los experimentan temen con frecuencia contar a los demás sus perturbaciones.


Red Chestnut (Castaño rojo)
Madre inmigrante (1936), Dorothea Lange (1895-1965)

La niña enferma (1885-6). Edvard Munch (1863-1944)
El remedio ideal para aquéllos que encuentran difícil dejar de angustiarse o inquietarse por otras personas; en muchos casos llegan incluso a dejar de preocuparse por ellos mismos, pero sufren mucho por quienes sienten afecto, augurando constantemente que algo desafortunado o desgraciado puede sucederles.

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